lunes, 25 de enero de 2010

Turquía y la Unión Europea. ¿La problemática chipriota como barrera a la entrada?

Turquía y la Unión Europea. ¿La problemática chipriota como barrera a la entrada?


Introducción

En este trabajo analizaremos las relaciones entre Turquía, Grecia y Chipre. Así como el posible factor chipriota a la hora de las negociaciones de ingreso de Turquía en la Unión Europea, su influencia en estas negociaciones y el proceso de adhesión como vector en la problemática.

Turquía es miembro de la OTAN, debido a su posición estratégica que facilitó su alianza con EEUU durante la Guerra fría enmarcándola dentro de la doctrina Truman, así como OCDE, del Consejo de Europa y es miembro asociado de la UE desde 1963, cuando el acuerdo de asociación con la CEE abría la puerta a una futura adhesión a través de su articulo 28.

Hemos de destacar también el fuerte peso que, desde el renacer del estado turco, han tenido las fuerzas armas en la toma de decisiones a consecuencia de su política exterior con problemas inquistados como su relación con los Kurdos, con Armenia y con Chipre.

La relación de Turquía con su vecino griego no es simplemente un conflicto local sino que se ha extendido regionalmente conformando un triángulo Chipre - Grecía - Turquía basado en la desconfianza mutua entre estos dos últimos estados. En este sentido la relación de ambos actores internacionales esta llena de episodios de amenazas y securitización y cuyo foco principal, a parte del chipriota, esta en la división de la soberanía sobre el Mar Egeo y la explotación de gas y otros recursos que esta implica.

En el caso de Chipre, el problema se plantea por el hecho de que en esta isla, que se encuentra a sólo 64 kilómetros de la costa Mediterránea de Turquía frente a los 800 kilómetros que la separan de la costa continental griega, existe una población de origen turco estimada actualmente en unas 200.000 personas(entre 50.000 y 100.000 fruto de la inmigración turca tras la ocupación de 1974)(De la Cámara, 33:3)




Debido a su estratégica posición, Chipre fue objetivo de los poderes colonizadores en el Mediterráneo Este. El último de estos poderes en ocupar Chipre fue Gran Bretaña, quitándole la soberanía de la isla al imperio Otomano. Sin embargo, los grecochipriotas siempre han reivindicado su auto determinación o la enosis. Después de la II GM y con la ola descolonizadora las demandas se incrementaron.

Antes de la guerra entre chipriotas e ingleses, el KATAK(Partido para la protección de la minoría turca) ,primer partido de la comunidad Turco chipriota, fundado en 1943, defendía la continuación del status de colonia británica. Al año siguiente se fundó el Partido Nacional Turco con inspiración de la República Turca. Las demandas de autodeterminación fueron ignoradas en 1955 y los greco chipriotas comenzaron un proceso de independencia por la vía armada. El gobierno británico no estaba capacitado para frenar el movimiento de liberación nacional chipriota y empezó a girar hacía el factor turco buscando la complicidad de Ankara. Así la política turca sobre la isla paso de defender el status quo colonial a una política basada en la búsqueda de la partición de la isla en función de las etnias. El profesor Nihad Erim fue quien estableció, a petición del primer ministro turco Adnan Menderes, la política turca hacia Chipre presentando una memoria en noviembre de 1956 donde se incluía la división geográfica de la isla con una transferencia de población. Esta fue la política turca durante más de veinte años con respecto a la isla. Esto se ejemplifica en algunos esloganes políticos de los partidos turcochipriotas como “Chipre es Turquía”.

Geopoliticamente, hemos de destacar que el nivel estatal contiene variables que juegan un papel importante en el condicionamiento de las dinámicas de seguridad y en el caso turco, el estado es producto de mitad voluntad, mitad coerción para adoptar las formas estatales europeas por parte de estas culturas en sus intentos de aplazar la colonización(Buzan y Waeven 20:1, 2005)

Otro de los temas que voy a analizar en este ensayo es la relación de Turquía con la Unión Europea y su difícil proceso de adhesión. La historia de esta relación es muy antigua y aparentemente va más lejos de la primera asociación entre Turquía y la CEE. La intensificada disertación sobre la solicitud de Turquía a la adhesión a la Unión Europea esta afectada por la decisión positiva sobre el status de candidatura del Consejo Europeo de Helsinki de 1999 y la apertura de negociaciones en 2005. Turquía tiene que enfrentarse a una mayor incertidumbre ante la finalización del proceso que otros procedimientos de ampliación. Además hemos de señalar que Turquía disfruta del 1999 de una Unión Aduanera con la UE para bienes industriales y productos agrícolas procesados.

Las negociaciones iniciadas no necesariamente darán como resultado el acceso del país candidato. A diferencia de rondas de ampliación anteriores, esto queda explícitamente reconocido en el texto del marco de las negociaciones con Turquía, el cual establece que “el objetivo compartido de las negociaciones es la adhesión. Estas negociaciones son un proceso de final abierto, cuyo resultado no puede ser garantizado de antemano.(Harvey, 22: 1)

Otra característica de este proceso es la oposición de parte de la opinión pública en varios estados miembros de la UE y en la propia Turquía. Unido a este factor esta la lamentable lentitud de las reformas dentro del estado candidato, a pesar del gobierno proeuropeista de Erdogan y al deseo expreso de reforma por parte del Presidente. En esta dirección Turquía recibe criticas por la relación entre el poder militar y civil, la corrupción, la libertad de culto, la libertad de expresión, el sistema judicial, el trato a las minorías kurdas y a los derechos humanos y su relación con sus vecinos Armenia y Chipre.


Turquía y su política exterior: Relación con UE y problema Greco-chipriota.

Para entender la política exterior turca debemos marcar el origen en la refundación del estado en 1923 como la moderna República Turca que sucedía al imperio Otomano, que tras siglos siendo una potencia sufría un desmembramiento a principios de siglo. En este momento se inaugura el Kemalismo como doctrina política exterior. “Paz en casa, paz fuera” y “Turquía sin deseo de una pulgada de territorio foráneo pero que no dará por perdido una pulgada de lo que ocupa”(Mustafa Kemal,Atatürk, Váli 1971: 25,27). la problemática está en precisar que es lo que ocupa. En este sentido, Turquía considera legitima su invasión del norte de Chipre como defensa de los intereses de su población.

En el mundo de pos guerra fría Turquía ha ido consolidando su nuevo papel como potencia regional y actor internacional, desarrollando nuevas relaciones con Irán, China y Rusia, que anteriormente en el marco del conflicto de bloques eran inexistentes. En este sentido, Turquía se ha alejado de su tradicional aliado EEUU, lo que permitió entre otras cosas su entrada en la OTAN. Ya se podía apreciar cuando en los últimos años de la Guerra Fría cuando tras invadir la isla de Chipre, Estados Unidos rompió relaciones desde 1975 a 1978. En este sentido también han inaugurado una nueva relación con Oriente Medio y en concreto con el rechazo a la política israelí en Gaza poniendo fin a su posicionamiento de dudosa neutralidad.

El conflicto chipriota, surgido a raíz de la guerra que comenzó en 1974, esta en el centro de la relación entre Grecia y Turquía. La Constitución pos colonial de 1960 surgida de los acuerdos de Zurich y Londres (1958 y 1959 pactada entre Gran Bretaña, antigua metrópoli, Turquía y Grecia quedo rota con este conflicto. Pero lo cierto es que aquella Carta Magna nació sesgada debido al mantenimiento de la influencia británica y a la falta de representatividad de ambos grupos nacionales. En este sentido, podemos decir que Chipre era un estado formado por dos nacionalidades distintas, así como dos religiones, la ortodoxa y la musulmana.

Bajo el colonialismo británico vivían en Chipre dos comunidades: la grecochipriota que era la mayoritaria y la turcochipriota cuyo origen se remonta a la invasión de la isla de Chipre por parte del imperio otomano en 1571.

La constitución en particular estableció una división entre ciudadanos griegos y turcos. Incluso se celebraban elecciones separadas. Así se crearon municipalidades separadas en cada ciudad y procesos electorales separados para los cargos públicos electos. Los puestos públicos designados o por promoción debían tener una proporcionalidad de 70/30 y en el caso de las fuerzas armadas 60/40. El presidente era designado griego y el vicepresidente turco, cada uno elegido por su comunidad étnica. La comunidad turcochipriota, minoría numéricamente, también tenía derecho a veto en el ámbito legislativo y ejecutivo. Así el vicepresidente turcochipriota podría bloquear las decisiones aprobadas. También las decisiones en temas fiscales municipales o de legislación electoral requerían de unas mayorías separadas en la cámara de representantes.

Grecia apoyo un golpe de estado por parte del líder de la mayoría grecochipriota y Turquía reaccionó invadiendo lo que ellos consideraban la parte de la isla correspondiente a sus nacionales. Así se proclamo en 1983, la República del Norte de Chipre, únicamente reconocida por el estado madre, como estado de facto.

La isla quedó dividida mediante la creación de una zona desmilitarizada “Green line district” y con tropas de pacificación de Naciones Unidas. El símbolo de esta desunión fue la partición de la capital Nicosia. Tras la guerra, población refugiada fue cambiada y existen actualmente miles de refugiados en ambas zonas. En este sentido, ciudadanos chipriotas exiliados están acudiendo a la Justicia Internacional y Europea con el objetivo de recuperar las propiedades ocupadas por población turca durante el proceso de migración de ciudadanos turcos desplazados a la isla. Con esta nueva población y el paso de los años, la solución se ha enredado hasta el punto de que la problemática censal este en la agenda de las negociaciones.

Las Naciones Unidas han declarado en numerosas resoluciones tanto de la Asamblea General como del Consejo de Seguridad el respeto por la independencia, la unidad y la integridad territorial de Chipre, así como el retorno de los refugiado a sus casas y la retirada de tropas extranjeras de la isla. Desde mi punto de vista, estas resoluciones han sido ignoradas constantemente por Turquía y la no reconocida República del Norte de Chipre.

Actualmente, se están dando procesos y negociaciones dirigidas a solventar el problema Chipriota. Según The economist, este deseo tiene su origen “en un terremoto en ambos lados en 1999 que provoco la mutua solidaridad y asistencia y existe el deseo de desatascar el conflicto paralizado que les ha atrapado desde hace demasiado tiempo” (The economist, 18 Sept, 1999:39)

En 2004 se produjo un plan de reunificación por parte de la ONU que fue rechazado mayoritariamente por la parte grecochipriota en referéndum mientras la parte norte aceptaba el proceso. El Presidente chipriota de carácter conservador Papadopulos lideró, incluso mediante discursos presidenciales, el no con una fuerte campaña previa al referéndum. La cabeza de la iglesia ortodoxa, con fuerte peso en el país, también se posicionó en contra de esta solución. Esta unión fue la principal causa de la inviabilidad de este plan. Una semana después de este referéndum, Chipre entro en la UE. Su condición como miembro de la UE es la principal carta de Chipre, convirtiendo la relación entre Turquía y Chipre en un juego de suma cero y produciendo un reequilibrio en esta relación que sin ella era desigual por peso demográfico, económico o militar.

En este sentido se podría alegar que Chipre no debería haber entrado en la UE hasta que se hubiese producido un nuevo escenario con la problemática solventada. Si bien es cierto, que Grecia impulso la candidatura chipriota como parte de su aceptación a la expansión de la UE hacía el Este. En este sentido, podemos observar de nuevo el triángulo Grecia-Turquía-Chipre.

La principal dificultad en las negociaciones entre ambos gobiernos chipriotas es la forma de estado que se establecería ante una hipotética unificación. En este sentido, los grecochipriotas defienden, amparados en el no reconocimiento del norte como estado por la comunidad internacional, un estado único. En este sentido, La Unión Europea reconoce la totalidad de la isla, incluyendo la parte ocupada, como el estado chipriota. Por otra parte, los turcochipriotas se debaten entre la creación de dos estados, opción rechazada rotundamente por la otra parte, y el establecimiento de una autonomía con instituciones propias y cuotas de poder en el estado. Esta última parece la única solución viable para ambas partes y en este sentido se dirigen actualmente las negociaciones.

En cuanto al caso Griego-Turco ambos son miembros de la OTAN , pero sus tensiones se remontan al periodo posterior a la II Guerra Mundial y a los intereses expansionistas de ambos estados, entrando en conflicto por la soberanía en numerosas islas del mar Egeo. Así podemos afirmar que esta relación tiene una dinámica propia característica y que ha pasado por momentos de enfriamiento y tensiones dependiendo de los modelos geopolÍticos que los sucesivos gobiernos hayan diseñado.

Los gobiernos con tintes nacionalistas y militares suelen tener proyectos soberanistas expansivos y con tesis de máximos y en esta dirección podemos enmarcar el caso griego a principios de la década de los 70 que desencadenó uno de los periodos más calientes entre ambos estados. Como señala The economist (10 Sept 2009) se esta produciendo últimamente una escalada en los hostigamientos aéreos en el Egeo entre fuerzas aéreas de ambos estados. En este sentido, considero que el Mar Egeo es oficialmente soberanía griega y que Turquía reivindica parte de ella. Sin embargo las hostilidades aéreas turcas sobre islas como Samos, Mikonos o Creta son violaciones contra el Derecho Internacional.

Así podemos ejemplificar esta relación en la cuestión Macedonica. En este caso, los griegos insistían en que Macedonia era el nombre de una región griega y por tanto no iban a reconocer al nuevo estado. Turquía se involucro en el proceso de independencia cuando Grecia lo hizo (Buzan y Waever, 380:2, 2005)

La OTAN realizó en septiembre de 2009 un intento de mejorar la relación de cooperación entre esta organización y UE basado en acabar con la larga rivalidad entre Grecia y Turquia. Pero este último rechazo este intento debido al bloqueo griego y chipriota a su participación en la planificación militar de la UE y a su candidatura como miembro a la Agencia Europea y de Defensa (The Economist, Sep 10, 2009)

El problema chipriota también es protagonista dentro de las conversaciones de adhesión de Turquía con la UE. Por ejemplo, el no reconocimiento del gobierno Chipriota por parte del candidato y el bloqueo de puertos y aeropuertos a buques de origen chipriota lo cual significa una violación al acuerdo de Unión Aduanera, son dos factores que pueden congelar las negociaciones de adhesión.

En esta cuestión encontramos dos posiciones:

Ankara afirma categóricamente que no transigirá hasta que la UE levante su embargo a la parte de la isla ocupada por Turquía. A su vez, Chipre recuerda constantemente a Ankara que el Protocolo Adicional que amplía el Acuerdo de Asociación CE-Turquía a los 10 Estados miembros que ingresaron en la UE el 1 de mayo de 2004, y que Turquía firmó en julio de 2005 para permitir el inicio de sus negociaciones de adhesión, es una obligación legal y que no puede relacionarse con la situación de la comunidad turcochipriota. Según una encuesta del Instituto de Estudios Estratégicos de Ankara, el 70% de los encuestados prefiere que se suspendan las negociaciones de adhesión antes que realizar concesiones con respecto a Chipre.(Chislett 6:6)

El gobierno de Erdogan, de carácter europeista, esta dispuesto a hacer las reformas políticas y económicas necesarias para culminar el proceso de adhesión.

Europa y Turquía.

En primer lugar surge la pregunta ¿Qué es Europa? Desde las ampliaciones de 2004 a 2007 el debate de las fronteras de Europa. Este debate no consiste sólo en la extensión de la soberanía compartida de las instituciones de la Unión sino que también concierne al concepto de identidad europea. Así muchas de criticas desde Europa a la entrada de Turquía se basan en el argumento identitario o en el religioso, incluso se focalizan en los valores democráticos de aquel país.

Así siguiendo a Delanty y Rumford, “el proceso que nosotros llamamos europeización no puede ser reducido a un acercamiento desde el estado como centro o a las teorías de gobierno. Enfatizando en la globalización como el contexto en el que la Europeización esta ocurriendo, diversas lógicas de construcción social europea pueden ser identificadas, desde las identidades colectivas e imaginarias a las nuevas relaciones sociedad-estado y modelos sociales” (Delanty/Rumford 2005: 20).

Así con un acercamiento constructivista y genealógico, la sociedad o identidad europea puede ser liberado de las concepciones reduccionistas que surgen del concepto estado-nación.

Por lo tanto, y de acuerdo con el argumento de Fawcett y Hurrell,que arguyen que el regionalismo es una característica del periodo pos guerra fría, el nuevo proceso de integración europea debe enmarcarse en el nuevo mundo globalizado y cada vez más interdependiente.

Por otra parte, los argumentos culturales y religiosos fruto del debate identitario han hecho que los acuerdos con Turquía tengan un cariz desigual con respecto a otros estados aplicantes en el pasado, como muchos estados del este. Tenemos que recordar que económicamente ya se encuentra en el umbral mínimo para la entrada en la UE, siendo la decimoquinta economía mundial desde el punto de vista del PIB. Sin embargo, en los países con fuerte inmigración turca, como Austria, Alemania, Holanda o Francia el argumento antiturco es una buen argumento para ganar voto.

Por lo tanto, existen discursos públicos de lideres y partidos políticos europeos que muestran una fuerte oposición a la adhesión. Los turcos saben que lideres europeos como el francés Nicolas Sarkozy piensan que es hora de dejar de mentir a Turquía sobre su total condición de miembro. Turquía esta en “Asia Menor” Sarkozy expreso; el no va a ser el que “le diga a los escolares franceses que los bordes de Europa se extienden a Siria e Irak”. El peligro de esta retorica es claro: la duda de la sinceridad europea que se vuelve en un circulo de virtuoso a vicioso.(Charlemagne, The Economist 3 sept 2009). Pero Sarkozy no esta solo, incluso Angela Merkel presidenta de Alemania llegó a plantear en una visita a Turquía que la Asociación privilegiada es lo que el CDU abogaba y no la condición de miembro de pleno derecho.

Desde mi punto de vista, las reticencias externas de otros países europeos ,como Francia ,están fundamentadas en la problemática del peso en la distribución de poder ya que Turquía tiene una población superior a la suya.

Por otra parte, también encontramos rechazo a la UE por parte de sectores sociales turcos. Así “ el establishment laico, un grupo homogéneo que incluye al ejercito, el poder judicial, la administración pública y la burguesía urbana, se ha puesto al frente del bando antieuropeista. Su Principal argumento de cara a la opinión pública es que la adhesión a la UE implicaría una serie de reformas susceptibles de erigirse en un elemento desestabilizador o perturbador de la seguridad e integridad del estado. (Ildefonso González, 126:3) Pero desde mi punto de vista, estos sectores representan la vieja élite dirigente privilegiada desde la época de Atatürk y asumen este discurso para captar apoyos dentro de su lucha por evitar ser substituidas por otras y consecuentemente perder parte de su poder.

Las negociaciones UE-Turquía.

El marco negociador entre ambas partes se acuerda en octubre de 2005 y podemos dividirlo en 3 grandes bloques:

1.

Una primera parte dividida en 35 capítulos sobre las distintas áreas políticas de la Unión y todas las leyes del acervo comunitario. Esta es una negociación global subdividida en puntos donde se comparan las leyes europeas con las turcas debido a la necesidad de alineamiento del candidato con el sistema normativo de la Unión. Así Turquía debe asumir gran parte del acervo comunitario ya existente quedándole poco margen de negociación. El proceso es el siguiente: Turquía presenta un documento de como trasladar e implementar el punto preciso del acervo comunitario que están poniendo en cuestión y tras ello es el turno de los Estados miembros quienes acuerdan una posición común de la Unión. En ese momento empieza la negociación entre las partes.
2.

El segundo proceso de negociación abierto son los principios políticos de Copenhagen y las relaciones de vecindad y solución de problemas limítrofes de Turquía. En este sentido se incluye, en especial, la problemática chipriota y la normalización de las relaciones bilaterales entre ambos, lo que a mi juicio puede implicar el reconocimiento del estado chipriota. En este sentido, la preocupación sobre los principios de Copenhagen es grande. Uno de los puntos principales son los Dº Humanos y el respeto y protección de las minorías. Muchos críticos con la adhesión centran sus argumentos en este aspecto. Así el trato de Turquía a la minoría Kurda es un tema de preocupación en el seno de los estados miembros de la Unión y de su opinión pública.

3.

El último referido a el diálogo entre sociedades y a la capacidad de absorción por parte de la UE. En este aspecto el diálogo político entre las sociedades civiles y el conocimiento sobre las realidades de ambas partes es fundamental.

Además en el año 2006 la Comisión presento un documento estratégico sobre la ampliación. Y se ha sugerido que el criterio de la “capacidad de absorción” empleado en el pasado para determinar la capacidad de dar cabida a un nuevo miembro debería renombrarse para pasar a denominarse criterio de la “capacidad de integración”, puesto que tanto la UE como el país candidato deben mostrar en qué forma el ingreso de un nuevo miembro beneficiaría a la integración de la UE. (Chilster 3:5)

Conclusiones

Actualmente uno sólo de los treinta y cinco capítulos de la negociación esta completo, otros cinco están congelados por el veto del gobierno francés y desde diciembre de 2006 ocho de los capítulos de la negociación de adhesión de Turquía a la UE están bloqueados por la ausencia de apertura de tráfico Aéreo y Marítimo desde Chipre. Por consiguiente, la solución del problema chipriota, fundamentada en el reconocimiento del estado y/o la salida negociada de la influencia turca sobre el norte de la isla, puede desatascar el proceso. En este sentido urge un cambio en la política exterior turca, dejando de amenazar con el uso de la fuerza y de hostigar sobre Chipre y Grecia, para poder crear las condiciones de confianza necesaria para la asociación. En esta dirección la apertura de la frontera con Armenia ha sido vista desde la UE como un primer paso en este cambio de relación con sus vecinos.

Asimismo la necesidad de una salida negociada de la crisis chipriota resulta más urgente para la parte turca que para la chipriota, ya miembro de la Unión Europea. Por lo tanto ante estas circunstancias Turquía y el estado de facto de la República del Norte de Chipre no deben tomar posiciones de máximos durante este proceso. Por otro lado, una política marcada por la voluntad de encontrar una solución debe ser exigida por parte de la Unión Europea, puesto que reconoce la parte norte de Chipre como ocupada desde 1974. Ante la pregunta de sí el problema chipriota puede ser una barrera de entrada a la Unión Europea considero que hay hechos que demuestran que es una problemática importante para la adhesión. En este sentido, Turquía no puede unirse a la UE sin un acuerdo sobre Chipre ya que la república Greco Chipriota, miembro de la UE desde 2004 tiene veto.

En diciembre de 2009, el Gobierno chipriota ha enseñado los dientes prometiendo bloquear la apertura de cinco nuevos capítulos en las negociaciones turcas durante el siguiente año. Un asentamiento de la cuestión chipriota es esencial si Turquía tiene alguna esperanza de avanzar hacia la UE.(The economist, 10 Dec 2009)

En cuanto a la problemática Chipriota, desde mi punto de vista, la constitución pos colonial surgida de los Acuerdos de Zurich y Londres(1959) fue una de las causas que hicieron posible el desarrollo del conflicto. En estos acuerdos el Reino Unido, Grecia y Turquía quedaban como garantes de la nueva constitución del recién surgido estado. El Reino Unido cumplía un papel de supervisión del acuerdo, garantizándose la presencia en la isla con bases militares en la región de Paphos, mientras que Turquía y Grecia ostentaban el derecho a la protección de la población nacional en este estado. En esta dirección, el ejercicio de protección por parte de Turquía en 1974 es correcto pero la consecutiva guerra que se produjo con la ocupación por parte de tropas turcas de más del 33% de la isla y el establecimiento de bases militares, todavía hoy presentes en el norte de Chipre y el tutejale directo como parte de una federación turca de 1974 a 1983, año de fundación de la República del Norte de Chipre, e indirecto desde entonces, es de dudosa legalidad internacional, o incluso ilegal, como se puede extraer de numerosas declaraciones de las Naciones Unidas y la UE. También debemos recordar que en 1974 el porcentaje de turcochipriota era del 18-20%.

Otra de las causas del conflicto fue, a mi parecer, la ausencia total de separación entre Iglesia y estado que se produjo con la elección de Makarios como Presidente de Chipre siendo al mismo tiempo la cabeza de la iglesia ortodoxa, radicalizando así la cuestión de la “enosis” y la brecha entre turcochipriotas y grecochipriotas. Por lo tanto, el sentimiento de falta de representatividad por parte de los primeros y el deseo de su unión a Grecia por la otra parte propició la tensión entre ambos. Además debemos añadir como factor radicalizador a la presencia militar en ambos gobiernos (Turquía y Grecia) cuyos modelos geopolíticos de máximos y la política agresiva tradicional en las instituciones castrenses de ambos estados chocaron en sus intereses sobre la isla.

Una hipotética adhesión de Turquía también implica un momento decisivo dentro del reparto de pesos políticos de los estados y debemos calificarla como sensible debido a que requiere del cumplimiento de unas condiciones estrictas por la parte candidata que denotan el debate interno que ha venido experimentando la sociedad civil y los partidos políticos dentro de los paises miembros de la Unión. En este sentido, los rígidos bloques de negociación propuestos desde los gobiernos europeos hacen que esta relación tenga un carácter desigual y con una fuerte influencia sobre las futuras reformas políticas llevadas a cabo por el estado Turco. En este sentido, considero que a esta candidatura se le han puesto demasiadas barreras a corto y medio plazo para posponer su ingreso hasta que la UE este consolidada como institución política autónoma y su construcción política no vaya a ser influenciada por este estado que pasaría a ser el de mayor peso poblacional dentro de la Unión.

Desde mi punto de vista la adhesión de Turquía a la Unión es necesaria y puede crear efectos beneficiosos para ambas partes. Por ejemplo, desde el punto de vista económico abriría un mercado grande para sus hipotéticos socios europeos, pero también puede terminar con el debate identitario que esgrimen muchos de los críticos bañándose en un nacionalismo de origen cristiano que desenmascará a sus lideres y demuestra su verdadero sentimiento europeista. En resumen podría decir que comparto esta reflexión:“Turquía necesita del compromiso de la UE para llegar a tener un balance más liberal entre religión política y aspectos seculares. En cambio, la UE necesitara a Turquía para redefinir su identidad de un modo que incorporase a los musulmanes de Europa y para ser capaz de relacionarse de una forma más constructiva con el mundo islámico “ (Kirişci 2008: 21).

Una posible solución a corto plazo serían los pasos intermedios propuestos desde el gobierno de Francia, otorgándole a Turquía una condición especial de socio, no sólo económico, o la creación de una figura jurídica nueva en forma de una asociación especial entre UE y Turquía.

En este sentido, la flexibilidad de la UE a la hora de reinventarse y crear nuevas estructuras facilitaría la creación de un nuevo concepto a la hora de crear negociaciones y procesos de adhesión. Por lo tanto, desde mi punto de vista el objetivo de la adhesión de Turquía necesita una hoja de ruta a largo plazo que familiarice de modo progresivo los aspectos políticos, económico y sociales de ambas partes.


Bibliográfica:

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Delanty, G. y Rumsford, C : Rethinking Europe: Social Theory and the Implications of Europeanization,( London: Routledge, 2005)

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Harvey, M: “Las negociaciones de Adhesión con Turquía: el marco regulador” en Turquía y la Unión Europea: trazando el camino a seguir, Revista CIDOB d' afers internacionals nº 75 (Barcelona,2006).

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The economist en sus ediciones de: 18 Sept, 1999, 3 Sep 2009, 10 Sep 2009 y 10 Dic 2009)





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