jueves, 3 de enero de 2008

Lagos y Argentina




El Gobierno de Ricardo Lagos tuvo un retroceso con respecto a los anteriores gobiernos de la concertación en sus relaciones vecinales con Argentina.
El presidente Lagos convivió con dos presidentes en la casa Rosada (sin contar la sucesión de presidente durante la crisis argentina). De la Rua era un radical y su gobierno agonizaba y Kirchner era un peronista de izquierdas y de origen patagón, lo que sin duda ayudo a remarcar el factor Malvinas.

El primer conflicto de ambos gobiernos surgió con los acontecimientos del 9 de Noviembre de 2003, cuando el suboficial Luis Robles y el cabo J.Espinoza ingresaron al consulado argentino de manera secreta para buscar información relevante.
Tras ser descubiertos por el cónsul adjuntos se dieron dos señales desde Argentina de modo preocupante.
En primer lugar el general Bendeni expreso que “la Patagonia todavía era una hipótesis de conflicto” y tras esto, el gobierno argentino estudiaba potenciar las unidades militares del sur, suspendiendo así los planes de reducción de contingentes.

Este hecho ocurrido en Punta Arenas hubiese sido minimizado si el peronismo patagón hubiese llegado a La casa Rosada con una gran idea de relación con Chile. Pero se demostró que las relaciones entre Chile y Argentina ya no eran de excelencia.

Los reflejos de Kirchner fueron los de un peronista nacido y crecido en la patagónica que había impugnado el acuerdo de los campos de hielo.
En este contexto, Kirchner vio en el hecho de Punta Arenas un justificante multi funcional. En primer lugar el ya sabia que no podría cumplir sus obligaciones según lo acordado en el protocolo de Interconexión Gasifera de 1995 e iba a dejar al estado chileno sin el gas acordado.

Kirchner considero de inmediato el caso de espionaje como un asunto serio y con esto abrió el conflicto a la esfera internacional, cerrando así un arreglo diplomático.

Ni la opinión publica chilena, ni el gobierno, ni la oposición estaban preparados para una revisión del componente argentino y mas con el antichilenismo por bandera de Mesa en Bolivia y el reclamo marítimo peruano de Toledo.

Lagos creyó que debía responder con rapidez y lograr así reducir el impacto contra la mejor relación bilateral de los últimos años. Por ello, exigió responsabilidades individuales e instruyo a las ministras Alvear y Bachelet (exteriores y defensa) y a los tres comandantes en jefes para que tomasen contacto con sus homólogos argentinos.
Por otra parte Lagos llamo a Kirchner para ofrecerle explicaciones. El 11 de Noviembre se realizo una declaración conjunta dando por superado el incidente. Pero pronto se vio que esta normalización no era tal.
En enero de 2004 el presidente argentino simpatizó en la cumbre iberoamericana de Monterrey con la causa Boliviana de soberanía marítima y sugería la cesión de una franja territorial y la mediación del MERCOSUR. Esto rompía nuevamente con las tesis chilenas del bilateralismo como medio de solución de estos conflictos.

En marzo de 2004 el presidente Kirchner, muy dado a gobernar por decreto, autorizo la suspensión de las exportaciones de excedentes gasiferos que resultasen útiles para el abastecimiento interno. Con la excusa del incidente de Punta Arenas iba a dejar a Chile sin el Gas acordado necesario para su consumo. Chile que exporta las dos terceras partes de su energía total vio esta restricción como un daño profundo a sus intereses.

Lagos pensó de debía optar por los canales democráticos para expresar su disconformidad.
Pronto comenzaron a recordarse gestos del gobierno chileno con Kirchner, como cuando se hizo lobby para que el FMI renegociara la deuda externa argentina o como el apoyo expreso de Lagos a Argentina en el grupo de Río.

Por otro lado Lagos instó a su jefe de la Comisión Nacional de Energía para que enviase una carta a su homologo que versaba en que la reducción del suministro gasifero contradecía acuerdos bilaterales y dañaba el proceso de integración argentino-chileno.

El 6 de abril, Lagos dio el visto bueno a una nueva carta diplomática en la cual incidía en el que el protocolo era mas que un acuerdo comercial sino que representaba una pieza esencial del proceso de integración y así es como el presidente Lagos dio a entender que este proceso estaba peligrando. Las “confianzas” estaban en juego.

El presidente Mesa aprovecho este momento sensible en las relaciones chileno-argentinas para llevar a cabo el acorralamiento de chile y se comprometió a completar el faltante de gas natural para consumo interno argentino.
Tras esto la administración Kircherista giro hacia Bolivia hasta el punto de ofrecer sus buenos oficios para la resolución de la mediterraneidad.
El 21 de abril ambos países firmaron un acuerdo mediante el cual Bolivia se comprometía a exportar 4 millones de m3 de gas a Argentina con la prohibición expresa de que derivara a un 3er país. Esto según Mesa era que “ni una molécula de gas boliviano” podía ir a Chile( esto se denomino Molécula 0). Esto significa la segunda opinión que rompe con la bilateralidad clásica chilena. Argentina ofrece mediación y buenos oficios dos veces.





Punta Arenas fue visto por analistas chilenos como el factor geopolítico que determina el deterioro de la relación. Hemos de señalar que la ciudad austral mira al estrecho de Magallanes y esta en línea recta respecto a las Malvinas. En este sentido ya en 1982 se hababa del triangulo factico Punta Arenas/Buenos Aires/Londres.
De nuevo aparece el factor Malvinas en la relación vecinal chileno argentina.
Antes de Galtieri los argentinos desarrollaban una estrategia pacifica destinada a la adhesión de las Malvinas basada en la necesidad de continente que tenían los habitantes de ese territorio. Esto se ejemplifica en un acuerdo en 1971 mediante el cual Argentina inicio una cooperación en temas técnicos, sanitarios, educativos, comunicacionales y cooperativas. Pero la guerra significo la ruptura de esta vía y pese a los intentos de los gobiernos de la transición argentina de volver a la situación prebélica, este contexto ya no existía.

Lo cierto es que el vació continental que surgió de la guerra fue ocupado por empresas chilenas.
Los geopolíticos argentinos vieron este hecho como un incordio contra los intereses argentinos.

El 13 de Agosto el canciller Bielsa expreso el disgusto argentino por la asistencia del embajador chileno Fernández a una ceremonia británico-malvinense.
Bielsa pudo levantar este tema con dos sentidos, ya que no era la primera vez que sucedía.
En primer lugar para evitar la carrera de Fernández a la Cancilleria que Alvear debía abandonar para ocuparse de su agenda de precandidata presidencial de la concertación.
La segunda hipótesis es que lo utilizó para sacar a la arena política el factor Malvinas. En este sentido Lagos opto por medidas compensatorias pese a la posibilidad de disgustar a británicos y argentinos.

El 31 de agosto Lagos se reunió con su homologo argentino en buenos Aires y dio por superados los dos conflictos del momento.

Pero en Octubre y ante el nombramiento de I. Walker como canciller se desarrollo otro conflicto. Walker había escrito artículos contra Kirchner y este ante su nombramiento realizo una especie de veto y suspendió sin nuevo día su viaje a Santiago.
Este hecho es una injerencia en asuntos internos de un estado, que Lagos no podía pasar por alto.
Este echo pudo pasar por falta de asesoria, falta de acondicionamiento previo o por cuotas en la concertación.

Los cancilleres ED ambos estados solucionaron la problemática y a partir de entonces se produjo una normalización que se constato con el viaje de Kirchner a Chile.
Este viaje fue acompañado de la extradición del líder de Colonia Dignidad.
De aquel viaje a Santiago surge la declaración Kichner-Lagos donde argentina deja de coquetear con Bolivia contra Chile y Chile apoya la argentinidad de Malvinas. El objetivo de esa declaración era construir de nuevo una alianza estratégica entre los dos estados.
La prueba de que esta alianza era real fue el apoyo Argentino a la candidatura de J.M Insulza como secretario General de la OEA
Tras esto, una nueva reunión de ambos presidentes en la Patagonia sentó las bases de un megaproyecto( que hoy están impulsando Bachelet-Fernandez) sobre un anillo energético del cono sur, basado en una red de gaseoductos que conectarían Perú, Chile, Argentina, Brasil y Uruguay.

Lo cierto es que las relaciones de la presidenta Bachelet con Argentina han resultado ser mas fluidas, siendo este país el principal foco de su política internacional. En la mejoría de estas relaciones ha influido la propia relación de la mandataria con la pareja Kirchner y los gestos de ambos que denotan esta nueva alianza estratégica. Entre estos gestos podemos señalar que la primera visita de la nueva presidenta fue a Argentina y el nuevo anillo energético relanzado recientemente por las dos nuevas mandatarias

1 comentario:

Enrique Vaqueiro Costal dijo...

Te repito más cortos, lo dices todo y en todo estoy de acuerdo.

Un abrazo allendista!