jueves, 22 de noviembre de 2007

Introducción a las politicas vecinales de la administración Lagos

Los éxitos económicos y sociales de la administración Lagos, no le excluyen de su pobre bagaje en materia de política exterior con respecto a sus vecinos.

No hacer honor a la verdad y dejar de analizar desde un punto de vista critico los fallos en cuanto a su política vecinal, seria dar pie a la reincidencia de futuros gobiernos chilenos y aportar así la excusa para futuras políticas que no lograsen el éxito. De este modo, nuevas administraciones podrían ampararse en el escudo de los fracasos anteriores. Como diría el profesor Rodríguez Elizondo, “Si Lagos con su autoridad no tuvo éxito en esas materias…”

Por lo tanto vamos ha realizar un análisis critico de la política vecinal del tercer gobierno de la concertación.

La gestión vecinal de la administración Lagos significo un retorno a las políticas desarrolladas por los gobiernos chilenos pos guerra del Pacifico.
A su vez, podemos indicar que significo un retroceso con respecto a las políticas emprendidas por los dos anteriores gobiernos concertacionistas en manos de Aylwin y E. Frei Ruiz-Tagle.

Pese a crear y consolidar recelos entre estados vecinos, la línea diplomática tradicional era entendida desde los autores y teóricos chilenos, como única vía posible a lo largo del S XX.
Aylwin y Frei Ruiz-Tagle creyeron necesaria una nueva línea para el desarrollo de sus relaciones de vecindad. En un principio R. Lagos pareció seguir esta nueva línea. Estas políticas creían que ya no solo el paso del tiempo acabaría con los recelos, sino que debían desarrollarse nuevas políticas.

El caso es que en palabras de R.Elizondo durante el gobierno de Lagos,” no hubo un equilibrio adecuado entre la diplomacia presidencial y las posibilidades de apoyo profesional de la Cancillería”.
Como corolario de esta reflexión podemos añadir que durante este periodo, y a raíz precisamente de este protagonismo excesivo del presidente, se produjo una potenciación de los recelos.

Esto sucedió en dos fases.
Durante la primera fase, el gobierno entendió que el caldo de cultivo se encontraba en los aspectos subjetivos con la que se desarrollaban y analizaban las diferencias históricas entre los distintos estados vecinos.

A esta le sucedió una fase en la que el gobierno de Lagos desarrolló la teoría de que se tenían que superar las desconfianzas, sin contar con las historias diferenciadas de los estados. Esto se sustentaba en la teoría de que los países no debían ser rehenes de la historia.
El hecho es que los sentimientos nacionales siguieron marcando las agendas.

El gobierno de Patricio Aylwin marco un cambio de rumbo en las políticas vecinales de la Republica de Chile. Esto vino a significar otra ruptura con el régimen pinochetista.

Frente a la anterior coexistencia marcada por un recelo enorme, el gobierno de la concertación impulso el regionalismo abierto como estrategia de la política exterior de Chile.
Podemos señalar varios hechos como causantes de este cambio de rumbo: el déficit de cariño vecinal, el fin de la guerra fría, la liberalización de la economía chilena, etc.

El regionalismo concertacionista estaba orientado hacia la amistad con los vecinos y bajo la estrategia de la asunción de la región como primera y prioritaria realidad.
Estas políticas se mantuvieron durante los dos primeros gobiernos de la concertación, encabezados por los democratacristianos Aylwin y Frei Ruiz-Tagle.

Así encontramos ejemplos que confirman estas políticas: el fin del 99 % de los problemas de límites con Argentina, o el final de los posibles resquicios que podrían suceder con las cláusulas no cumplidas del tratado chileno-peruano de 1929.

Hemos de indicar que Lagos desconfiaba desde el inicio de la capacidad profesional de la Chancillería y pensaba que podría mantener los equilibrios diplomáticos desde la presidencia de la República. Así priorizo el área económica del ministerio de Relaciones Exteriores y en concreto las aperturas de mercados con EEUU, UE y la zona de Asia Pacifico.
En el año 2004, la diplomacia económica chilena ya había superado en éxitos e importancia a la política. Esto sucedió tras la firma de los TLC con EEUU, UE y Corea del Sur y los proyectos con China, Japón e India.

Mientras Lagos asumía la diplomacia presidencial desde La Moneda, la especialización internacionalista del Subsecretario Muñoz se utilizaba poco y la ministra Alvear se aplicaba al seguimiento de las prioridades, y los profesionales volvían a las viejas tesis anteriores a la transición de la diplomacia chilena.



El fracaso de la diplomacia política fue importante y la fuente principal que la provoco fue la aspiración marítima de Bolivia complementada con la diplomacia del gas.

En ese momento los autores chilenos se temían un nuevo cargamonton por parte de sus vecinos que lo aislara nuevamente de su región.
Esto se constata con los acuerdos de los presidentes peruano (Toledo) y boliviano (Mesa) por los cuales se impedía la salida del gas boliviano por puerto chileno, acabando así con las aspiraciones que un día se iniciaron con las negociaciones de Lagos con Banzer.
Mesa también encontró el apoyo de Chávez para bloquear a Chile, y las aspiraciones marítimas de Bolivia pasaron a estar nuevamente en tesis maximalistas.


Por su parte Kirchener auto excusó su incumplimiento del protocolo gasifero de 1995 durante la escasez de gas en Argentina y firmo un acuerdo de compra de gas boliviano con la inclusión de una cláusula que obligaba a que ni una molécula de gas boliviano fuese vendido a Chile.

Tras esto y bajo la exclusividad de la precandidatura presidencial de Soledad Alvear, Lagos decidió dar un giro en su política vecinal mediante la designación del académico I. Walker como Canciller.
Walker debía priorizar desde su gabinete a las relaciones con el resto de la región.
Gracias a este giro José M. Insulza fue elegido como Secretario General de la OEA.

Tenemos que resaltar también aspectos geopolíticos fundamentales a la hora de comenzar este análisis.
Las expansiones, contracciones y proyecciones que se han dado desde la creación del estado chileno originaron un sistema tetralateral tanto para las relaciones diplomáticas, políticas, económicas, militares y culturales.
Su característica fundamental es que los estados vecinos critican el expansionismo de Chile.
De aquí surge la tensión entre la orientación chilena a negociar con cada estado de modo bilateral y la posibilidad de actuación de sus tres vecinos colectivamente.

Hasta el año 2004, año clave como ya hemos señalado, los conflictos entre Chile y sus vecinos se plasmaban únicamente en los ámbitos fronterizos.
A partir de ese momento, el gobierno boliviano abrió la puerta al ámbito económico comercial mediante la diplomacia del gas.
Esta política fue utilizada por sus vecinos, como hemos mencionado anteriormente a la hora de hablar del Cargamontón.

Desde ese año cambio la realidad geopolítica de la región que antes se plasmaba en dos conjuntos distintos:
· Argentina y Chile
· Chile y Bolivia y Perú.

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